De Monarquías y otras porquerías.
Imperios, colonias, principados, ducados, reyes, príncipes,
duques y por supuesto súbditos, parecerían términos típicos de cuentos de hadas
y hermosas historias del mundo de la fantasía. Traen a mi memoria leyendas
históricas que sembraron durante décadas los mas nobles ejemplos de la virtud
humana en la consciencia del Ser.
Ejemplos de valentía, solidaridad y el mas puro anhelo del
hombre por procurar el bien a los demás, creo que esa fue la condición que llevó
a algunos líderes de antiguos pueblos a ser reconocidos por la masa como sus
dignos representantes en los asuntos de la comunidad.
Nobles sacrificios asumidos voluntariamente por el simple
hecho de hacer el bien, interminables jornadas de lucha, tempestuosas batallas
con la espada en la mano, el honor el la mente, el valor y el amor en el
corazón, hacían de estos especiales seres merecedores del mas legítimo nombre
de REY.
Cuanta devoción generaba en su pueblo la imagen de tal
grandeza humana, que se rendían gustosos ante su Majestad ofreciendo hasta su
vida por aquel que diera razón de ser de sus comarcas, caseríos, pueblos,
familias y hasta su propia existencia.
Una vida plena de felicidad y armonía, trabajo justo y bien
remunerado, bienestar material y espiritual, todo esto gracias al Rey. Como no
justificar tan importante cargo como guía de sus destinos, pero…
¿De que estamos hablando? Fue quizás así la realidad, por
supuesto que hay de todo bajo el Sol, y como en todo hay mucho para escoger,
como la mal recordada Juana la Loca, que aunque aclamada y apoyada por los
comuneros se negó a darle la espalda a su inquisidor esposo Felipito y al no
firmar un edicto en su contra, se vio forzada a continuar su encierro en
calidad de discapacitada, grande hubiera sido su reinado ya que ésta era
poseedora de grandes cualidades, pero su infausta suerte, de la mano del Hermoso
Felipe, archiduque de Austria, duque de Borgoña, Barbante, Limburgo y
Luxemburgo, conde de Flandes, de Hasburgo, de Holanda, de Zelanda, del Tirol y
Artois y señor de Amberes y Malinas, sólo la condeno al olvido, gran mujer de
quien solo se recuerda su “falta de cordura”.
Estamos hablando de la excepción a la regla, pues de la
grandeza de la “nobleza”
no nos queda mas que la bajeza. Son muchas mas las historias de engaños y subterfugios,
intrigas y traiciones, desmanes y corruptelas, siniestra ambiciones, cuando no,
de violaciones y violencia, criminales y verdugos, asesinatos y torturas, al
mas puro estilo de Vlad el Empalador, Juan Sin Terra o el mismísimo Herodes el
Grande que ya por el año 33 de nuestra era se granjeaba el título vasallo de
Roma, famosos por lo que ya todos sabemos a causa de su gran des-humanidad.
Plagada está pues la historia de mil y un barbaridades de la
nobleza, pareciera que la ley de evolución traicionó nefastamente a las
monarquías y en vez de conducirlas por las vías de la selección del mas apto, los relegó en el calabozo de la
degeneración y allí los olvidó, para que se mezclen entre si en una
interminable danza de intercambio de los mas añejos linajes.
Que ironías las de la vida, que sí dieron cabida en el
tiempo a la (De) generación de monarquías, que cual insecto resistente supo
colarse en la páginas de la historia hasta nuestros días, tiempo en el que ya
deberíamos ostentar el mas avanzado estado de libertad social, aun nos ensalzamos
y aplaudimos las bodas reales, sus riduculazgos, porquerías y payazasgos,
olvidándonos que de súbditos a ciudadanos no hay mas diferencia que el
títulazgo. Reyes, Reinas, Príncipes, Duques y demás hasta el hartazgo.
Curiosamente la dudosa evolución de don Charles se olvidó de
la extinción, la mas necesaria extinción, la de la maldad, cobardía y
debilidad, de la genética violenta de la herencia corrupta, de los mas
retrógrados genes humanos que aún se enquistan en los pasillos de castillos,
jardines palaciegos y médulas reales.
Pero en honor al descuidado Darwin he de reconocer la
evolución: Los escudos de armas evolucionaron en reales Logotipos, los
carruajes en limusinas, las comilonas reales en cenas de caridad, las batallas
en guerras mundiales, las orgiásticas fiestas en atractivos de farándula, los
edictos reales en golpes de “estados plebeyos”, las conquistas
de nuevos territorios en conquistas de nuevos territorios, los abusos en abusos
y los súbditos en ciudadanos, eso si todos con los mismos derechos a tributar a
las coronas.
Un Dios, doce mandamientos y diez monarquías hay en la
actual Europa, todo esto con la siempre complaciente mirada de la Iglesia, si
la gran Iglesia Caótica, cuantos Papas no se revolcarán en su tumba, al ver
como sus eternamente cómplices han relegado a sus feligreses a condición de
esclavos económicos, dedicados trabajadores, hormigas con maletín, borregos con
su PIN, leales laboristas, generosos votantes, temerosos pagadores y debilitados
entreguistas.
Debajo de la Banca, no logro entender quién manda a quién,
si el Papa al Rey o el Rey al Papa, pues entre tanto benefactor los lacayos aun
tiemblan de terror. Guarda las escritura y sirve a tu Rey, ésta parece ser la
orden del día, de no ser así se promulgará un nuevo mandamiento sobre tu fe o
nuevo edicto sobre tu pueblo: No protestarás en plaza pública aún cuando
identifiques que es tu salvación.
Y hablando de salvadores, bien les vendría a los banqueros
erigir un templo en honor a las deidades del FMI, BCE, BM, en fin a todo el panteón
financiero mundial, esto de la fe es cosa seria, cuanta fe han puesto en ellos,
que movieron montañas de dinero para salvar sus pertenecías.
Volviendo a las porquerías y en honor a la verdad he de aclara
que las “nuevas”
monarquías ya no son absolutistas, pues de mano de la también sagrada LEX
recibieron la iluminación, entre revoluciones y contra-revoluciones lograron
fraguar constituciones, página tras página, meses de gran escrutinio y cavilaciones,
exacerbados de patriotismo, encontraron la ansiada respuesta celestial y así
nación el nombre con el que habían de bautizar al pequeño engendro de su
oprobio: Monarquía Constitucional.
Que es una Monarquía Constitucional, es muy sencillo es un
sistema de gobierno “democrático”
donde la constitución rige las obligaciones y derechos de los ciudadanos,
generalmente presididas por un Primer Ministro elegido por votación de entre
una lista de candidatos propuestos por el Rey, es decir la misma porquería pero
disfrazada de legalidad, con la diferencia que los súbditos pasan a ser los
nuevos tontos que se creen ciudadanos y además reconocen voluntariamente que
hay de varios tipos, los de primera que se enquistan el las cámaras de “comunes” ganado ingentes recursos,
de segunda que incluyen a los mas astutos de los súbditos que logran enrolarse
en los pasillos de los edificio decorados con los Reales Logotipos y los de
tercera que son los súbditos de a pie, el hombre y la mujer que han de ofrendar
su vida para la permanencia de la monarquía.
Parte de la gran labor del Primer Ministro y sus Comunes es
asegurar anualmente y por siglos el presupuesto que mantendrá a la Familia Real,
que en este caso es “Simbólica”
pues no ha de interferir en asuntos de estado, perdón del reino, pues en esas
comarcas aterra la palabra Estado, aunque se usa soslayadamente como estado de
ignorancia, estado de insalubridad o estado de miseria. Es imperioso que dentro
del presupuesto consten todos y cada uno de los egresos necesarios para que los
Reyes vivan como Reyes, si importar a que se destines dichos recurso, Mansiones
y Castillos, lujosos transportes, Mega Yates, Aviones, Limusinas, Casas
veraniegas dentro y fuera del reino, opíparas cenas y banquetes, trajes y
vestidos, cuanto mas ostentosos mejor, hay que saber complacer al pueblo,
viajes sociales, comitivas bestiales y no me refiero a sus cortes sino el
destino asesino de bestias, como safaris de recolección de cadáveres de leones,
tigres y elefantes, mientras mas cerca de la extinción mas alta la distinción,
en fin todo a cuerpo de Rey.
No hay que olvidar la Guerra…
si la guerra, que palabra mas deleitante en oídos reales, claro está hay que
financiar prolijamente las arcas del reino, agredir, invadir, suprimir,
reducir, derrocar, asesinar, arrasar, asaltar, devastar, son palabras que
Realmente dan miedo, pero son muy dignas de las causas Reales, recuerden las grandes cruzadas reales por
Africa y América y que a pesar de ser arcaicas, no han caído en desuso. Pero no
se equivoquen, declarar la guerra, no es atribución del Primer Ministro o
Parlamento, pues en una Monarquía Constitucional el único favorecido con ese
privilegio es el Rey, ¿Qué simbólico no?
No quiero despedirme sin hacer un cumplido a la Reinita de
Inglaterra o mejor dicho del Reino Unido, y esto solo para que se sientan un
poco súbditos, tal vez es una buena experiencia, de no ser así ni habría
tantos, el asunto es promover y propiciar el conocimiento de la Grandeza de
este REINO:
He de listar los territorios en seguidilla pues en lista
sería un desperdicio de espacio y eso no sería bien visto por su majestad:
En América: Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice,
Canadá, Granada, Jamaica, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y
Las Granadinas.
En Europa: Gran Bretaña, Irlanda, Escocia.
En Oceanía: Australia, Nueva Zelanda, Islas Salomón, Papúa
Nueva Guinea, Talvalu.
Faltaría mencionar las docenas de territorios dependientes
de la Corona Británica, conocidos como territorios de Ultramar y de condición
desconocida por sus habitantes.
Largo parece el camino que ha de recorrer la humanidad,
desde su despertar de consciencia hasta su independencia total y no me refiero
de las monarquías, sino de su largo letargo que le impide entender que no necesita
de líderes, presidentes, gobernantes y mucho menos de reyes que autoricen o
impida ejercer como ser humano, como ente pensante, como individuo. Que ha
pesar de haber experimentado cientos vaivenes en su transcurrir por la
historia, no alcanza a comprender que su único mandante es él mismo y su
consciencia, su capacidad intelectual, su sentir por el otro como propio, su
alevosía ante la injusticia, su desprecio por el desprecio, su dolor por el
dolor, sus emociones y alegrías, que sus dolores no se reflejen en el otro, que
su miseria se sume con la del vecino para extraer de estas solidaridad, que
tanto los “reyes”
como los “súbditos”
nacen, comen, sienten, sufren, ríen, se reproducen y mueren, que por grande que
sea el título nobiliario, ocupara el
mismo espacio en el ataúd, que la única salida de la condición de súbdito es Reinar
en la Bondad, Gobernar la Ética, Mandar con Honestidad y ostentar el Valor de
conquistarse a si mismo y por último compartir el tesoro de la fraternidad.
Que no nos engañen mas con cuentos de hadas que iniciaron en
la infancia y no dejamos en la adultez, que ya crecimos como hombres, que es
hora de que los príncipes se transformen en Principios, la legalidad en
Legitimidad, la realeza en Realidad, los súbditos en Señores, los territorios
en UNO SOLO y para TODOS POR IGUAL, que las religiones evoluciones en
Espiritualidad, que por dentro somos mas que nuestros cuerpos, que ahora vemos
mas allá de los destellos del poder, que ya no hay mas espacio para las monarquías,
que las Patentes de Corso se volvieron en su contra en las plazas y la calles
donde se amotinan las almas libres, que lo único patente son sus piraterías, y por
último que los pueblos no están dispuestos a aceptar mas sus porquerías.
Faltan referencias ampliadas de la cacería de Elefantes del "reicito" de España!
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