Democracia, ¿Anzuelo de idiotas?
Es por lo menos difícil asegurar qué sistema político provea
mas beneficios al conjunto de la sociedad en general, arriesgado será el camino
que elijan quienes se aventuren a apoyar o criticar uno u otro sistema que ha
sido legitimado a través de heredades “divinas”
aprovechadas por Faraones de antiquísimos imperios, Monarcas, mas
evidentes dictadores gracias a su
actualidad, también delegadas por dioses menos poderosos por lo menos en cuanto
a sus prodigios mágicos y pruebas de fe se refieren, que no van mas allá de la
limitada respuesta cerebral de sus adeptos que sumisamente entregan todo el
erario de sus derechos en manos de su majestad y que decir de las muy modernas
imposiciones mas violentas en lo físico (Revoluciones) nacidas en las mentes, por
lo menos mas suspicaces de ocultos poderes religiosos disfrazados de dadivosos políticos
interesados en el bienestar del proletariado, métodos plutocráticos, que en
general se disfrazan de demos-kratos, y una serie de sistemas instaurados desde
tiempos ha, que se han ensañado de mil y una maneras para convencer a los
idiotas, de que ellos tienen la solución a todos y cada uno de sus problemas.
Pues bien, mientras algunas élites se quemaban las pestañas
fraguando edictos reales, manuscritos rebeldes, panfletos clasistas,
voluminosos libros sagrados, sociales tratados para tarados, y un sinnúmeros de
escritos racionalistas que nos roban la razón…
la prole, la masa, el pueblo, el demos, sólo se ha limitado a regocijarse en el
pantano maloliente de su triste condición de “beneficiado”, sin pensar… porque alguien le ofreció
hacerlo por el y sin actuar porque para eso fueron adiestrados.
No me refiero a la triste acción de esclavo que le da la
ilusión de ser “productivo”,
hablo del actuar por solidaridad con él y con los demás, en busca de un
beneficio común, sino ese mísero concepto que lo paraliza y lo induce a pensar
que el trabajo lo dignifica, solo por el famoso edicto de “ganarás
el pan con el sudor de tu frente” y además soñar que
siempre habrá un ser “superior”
de este mundo o de otros, que lo tiene en mente para proveerle de lo que
necesita.
Y en este punto es muy importante determinar que es lo que
en realidad “necesitamos”,
durante el transcurrir del tiempo este concepto ha cambiado diametral y
constantemente, todo en relación a las condiciones en que el “destino” haya subyugado al ser.
Es decir si el individuo se encontraba en un momento de
abundancia, de manera absurda e ilógica encontraba nuevas “necesidades” innecesarias, nuevos lujos, nuevos
“manjares que deleiten el mismo paladar que antes de que
la infausta “suerte”
los colara dentro de una nueva guerra inventada por sus benefactores, se
conformara con poder llevarse un mendrugo de pan a la boca y si era un buen
samaritano, como así le aconsejara su credo, no le quedaba mas que compartir su
mendrugo con los demás, aunque finalmente terminen muriendo todos de inanición,
triste situación de un ser “inteligente”,
pues un “menos”
inteligente animal como un león, sabría que compartir la muerte no le llevaría
mas que a la desaparición de su especie, y que con menos solidaridad por sus
pares, probablemente logre la supervivencia de la misma.
La necesidades de uno, realmente definen las necesidades de
la especie, es por eso que considero necesario, antes de definir las
necesidades, saber identificar quien pertenece o no a nuestra especie (Homo
Sapiens… aunque lo dudo) porque solo hay
que tener dos dedos de frente para saber a quien consideras como igual, pero
muy difícil identificar quien realmente te considera igual.
Para facilitar lo antes enunciado, me gustaría aclararlo con
un pequeño ejemplo: Imaginemos por un momento una colonia de hormigas en donde
todo va muy bien en beneficio de la especie, todos trabajando incansablemente
en beneficio del pueblo, todos con tareas muy distintas y definidas dentro de
un marco de legitimidad, es decir cada uno a lo suyo, sin importar que le toque
hacer siempre y cuando el beneficio sea para todos, hasta que llega un Abejorro muy disfrazado de
hormiga y es muy claro que entre sus intenciones no está como primer objetivo
la permanencia de la colonia y muy a pesar de ellos, se encarga de granjearse
la confianza de las hormiguitas y a través de un manejo muy claro de su imagen
de benefactor de esa sociedad, transformándose así en el líder de las masas.
Es este nuevo líder el que con aguda astucia empieza por
promover el interés individual, ensalzando el EGO, y mediante argucias seduce a
la “victima” haciéndole pensar que es
EL y sólo EL (la víctima), el meritorio de derechos y beneficios, siempre
teniendo en cuenta el sabio adagio: Divide y reinarás.
A continuación vemos crecer una larga cola de muy
independientes y dilectos adictos al éxito personal en claro desprecio a su
especie, aunque a ella pertenezcan, no repararían ni un segundo es hacerse mas
visibles ante sus hormiga-hermanos en aras de “destacar
en sociedad”, obviamente no se percata que
este es el comienzo del fin de su especie.
No está muy claro por supuesto a donde se dirigen las
acciones del abejorro, puesto que inmediatamente después del “consejo” sobre los derechos individuales, la ahora orgullosa
hormiguita ha de preguntarse: ¿que de malo tiene que yo, personalmente
incremente mis posesiones y las de mi familia? Al fin y al cabo soy un buen
padre y proveedor de los míos.
Lo que la nueva estrella del hormiguero no sabe identificar
es que la daga fue clavada en el centro de su razón de ser: La colonia. Ahora
se siente identificada con las otras “estrellas”
de la colmena, unas pocas que negociaron con el Abejorro con la clara intención
de adornar su EGO y el de los “suyos”
ignorando que la guillotina de la soberbia se diseñó desde hace ya mucho tiempo
desde la colonia de Abejorros, quienes sí tienen muy claro el concepto de especie.
La ahora prepotente hormiguita se viste de Gucci, huele a
Channel y monta una lujosa limusina marca Abejorro. Todos estos adornos tienen
marcados en muy claro contraste y en código de barras que las barras tienen un
alto precio que hay que pagar, y a pesar de ello se enorgullecen!
La colonia ya no es mas suya, ese término se olvidó, el ego
lo engulló, el concepto de especie ahora cuelga de su cuello, con cadenas de
oro y diamantes, reservando un espacio muy pequeño, en donde certeramente ha de
caer la espada que define la traición.
Traición a su raza, a su gente, a su género, a su especie, y
todo por el empalagador olor a éxito, a comodidad, a esa sensación de sentirse “especial”, hormiga de “primera clase”, ese extraño sabor que
se experimenta al comer lo que muy pocos llegarán a sentir en su boca, eso que
muy pocos podrán experimentar, eso que alimentó y envenenó a los muy pocos
seres “especiales”
que vendieron su escencia por probar ser algo mas, algo a lo que no estaban ni
diseñados ni acostumbrados, a ser lo que no son…Abejorros.
¿Es acaso tan difícil ver el sufrimiento de otro igual en
esencia a uno, y rechazar este sentimiento por sentirse mas? ¿Mas que? ¿Mas
insensible? ¿Mas inhumano? ¿Mas despreciable ante los demás? ¿Es que el
demostrar que puedes carecer de misericordia por el otro te hace sentir mejor?
¿o es que los abejorros te instruyeron eficazmente, a través de creativas y
costosas campañas publicitarias a actuar en contra de los tuyos?
Dentro de las muy controvertidas formas de gobierno que se
han planteado, lo único que concuerdan es esa muy conveniente forma de
controlar a la masa, y métodos de control han surgido a montones, desde
religiones y profecías de agoreros, pasando por ideologías existenciales, hasta
pseudo leyes científicas Maltusianas y Darwinianas que tratan de convencernos
que no tenemos mas destino que extinguirnos por decisión “natural”, que desde que el mundo es mundo “el
pez grande se come al chico” que la “naturaleza
se encarga de deshacerse del débil”, que la debilidad está
en el cerebro, en el músculo, en el color de la piel, en la carga humana que te
reviste, o es menester de los mas “capaces”
sentirse orgullosos de la herencia violenta, en la capacidad de ultrajar, de arrebatar,
de violentar y violar, de dejar patente el poder, poder de odiar, de separar,
de hurtar, de conquistar… y todo esto de la mano
de sagrados libros y panfletos “ muy bien interpretados” que inspiran las mas grandes diferencias
y contrastes, que abundan en desprecio por el “otro” y todo con la simple finalidad de GOBERNAR.
Claro está que estas herencias religiosas y fantásticas
tenían su punto de quiebra, punto en el que había que, por razones muy ocultas
inventar nuevos métodos de manipulación consciencial, control mental, y veneno
espiritual, todos estos dirigidos a usufructuar fácilmente del actuar sin
consciencia de las masas, que tragados de la mentira del “éxito” agradecieron y aún agradecen el
tener el lujo de un trabajo “digno”
en beneficio de las cada vez mas cerradas élites.
Elites que como gran sensación, en primera plana del medio
de moda, lanzaron al mercado de las hormigas productivas, el nuevo concepto que
los llevaría de mano del “Voto universal y
equitativo” al idilio de las clases, al
paraíso del proletariado, al goce de lo feligreses y deleite de los súbditos, a
la panacea del vivir la “democracia”.
Es éste uno mas de esos cuentos de hadas que se ha de
anquilosar en las mentes de los “Beneficiados” para perennizar el continuo y constante ejercer del
poder de la inconsciencia de los mas “aptos”
según Darwin, para hacer de ésta, nuestra colonia, la mas exquisita fuente de
placer y ganancias de los que desde el cielo nos brindan la oportunidad de
servir infamemente a los grandes pescadores de incautos traidores que promueven
el declive de nuestra real razón de ser,
ser uno con el otro tan iguales, como la incapacidad de pensar se iguala con la
incapacidad de amar al semejante… siempre y cuando no se
sepa quién es quién en esta colonia de hormigas mal llamados Homo Sapiens.
Es éste un llamado a los peces que llenas las redes de los “grandes pescadores” que siempre supieron elegir
la carnada ideal de los voraces peces que tienen, desde que olvidaron su
escencia, una boca tan grande que les impide ver que a la distancia se acercan
sus herederos sin posibilidad de hacerse aunque sea de un gusano, todo esto producto
de la avaricia de sus “exitosos” padres.
Que la carnada que nos entrega la élite, satisfaga el hambre
de nuestra codicia, para por lo menos morir de indigestión tan rápidamente que
no podamos arrepentirnos, porque de no ser así estaremos condenados aver a
nuestros alevines engrosar las redes de la “democracia”
Democracia, concepto: Sistema de gobierno donde quien no
ostenta el poder, tiene todo el derecho de morir de hambre!
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